Mucho más que un viaje de esquí: una aventura épica en SVANETI
A través de este video y estas 5 claves que debes conocer antes de viajar a Svaneti, queremos compartir nuestra experiencia. Un viaje con: Marcos Napal, Hector Lezaun, Ander Garmendia, Ugaitz Etxeberria, Edur Gorospe, Pedro Ceberio y Jon Senosiain
1. Situación actual del turismo en Svaneti
Georgia es un país donde el turismo está creciendo rápidamente. Las conexiones aéreas con Europa, especialmente desde Tiflis y Kutaisi, hacen que el viaje sea cada vez más accesible. Además, el cambio climático ha reducido la nieve en los Pirineos y las estaciones alpinas están cada vez más masificadas. Esto convierte a Georgia en una alternativa muy atractiva para los esquiadores.
Svaneti es una región rural de montaña, históricamente dedicada a la agricultura y ganadería. En los últimos años, también ha empezado a desarrollarse el turismo, especialmente en verano. Por ahora, este crecimiento ha sido relativamente moderado. La gente local suele ser muy amable, aunque conserva ese carácter "duro" típico de las zonas de montaña. Muchos mayores no cambiarán su estilo de vida por el turismo, pero los jóvenes están más abiertos, aprendiendo idiomas y adaptándose a las nuevas oportunidades.
Todo esto, sin embargo, también es un caldo de cultivo para una posible gentrificación y turismo descontrolado, que podría acabar expulsando a quienes no puedan —o no quieran— adaptarse. Inversores y particulares ya están comprando terrenos; las estaciones crecerán, los precios subirán y la sostenibilidad local se verá amenazada.
Por ahora, los servicios son básicos pero suficientes para disfrutar del viaje: se puede conocer la cultura, comer bien, beber unos buenos chachas y alquilar material si surge algún imprevisto.
2. Seguridad
Georgia no pertenece a la UE, pero tampoco es un país sin infraestructura. Aunque no existen los servicios de rescate aéreos que hay en los Pirineos, y las carreteras dificultan el acceso terrestre, es un país bastante funcional.
Por suerte, no tuvimos ningún problema de salud o lesiones. Todos íbamos federados con cobertura mundial y contratamos un seguro de viaje extra.
Lo más importante es tener sentido común: el riesgo asumible no es el mismo que en Alpes o Pirineos. La situación de la nieve en el Cáucaso suele ser delicada, y así fue durante nuestra estancia: capas débiles y propagación a distancia, debido a una gran nevada previa, frío intenso y viento. El primer día tuvimos algún susto, lo que nos llevó a ser más cautos el resto del viaje.
3. Carreteras
Conducir en Georgia es una experiencia en sí misma, a veces parecía que estábamos rodando un capítulo de Top Gear. En invierno, las carreteras en Svaneti pueden ser muy complicadas: nieve, hielo, rocas, barro, aludes... una verdadera aventura.
Desde Kutaisi hacia Mestia, la carretera se vuelve bastante precaria. En muchos tramos está cubierta de hielo y nieve, y cuando se derrite, aflora un asfalto roto, con baches y charcos. Nos tocó vivir varias avalanchas y desprendimientos que, aunque ya habían sido “limpiados”, impresionaban.
Es imprescindible informarse bien antes de moverse por carretera, especialmente para lugares como Ushguli, donde la nieve o los derrumbes pueden cortar el acceso.
Ah, y no te olvides de la fauna local: vacas, perros y caballos cruzan la carretera cuando les da la gana. ¡Mil ojos al volante!
Recomendamos alquilar un 4x4 o contratar transfers locales. Eso sí, ten en cuenta que muchas veces intentarán convencerte de usar transfer incluso cuando el trayecto es razonable en coche.
4. Moverse en la montaña (Rutas, orientación, zonas y guías)
Solo estuvimos 13 días en Svaneti, pero el terreno para esquí de montaña es inmenso. Salvo algunas cimas sobre los 4.000 m y zonas rocosas o muy empinadas, diría que el 70% del terreno es accesible, especialmente por debajo de 30-35º, que fue lo que esquiamos nosotros debido al riesgo alto de avalanchas.
Contratamos una agencia que encontramos por Instagram (freeride.tours.georgia), pero no cumplió con nuestras expectativas: rutas iguales para todos, barrera lingüística y poco conocimiento técnico del terreno. No esperes el nivel de un guía de los Pirineos o Chamonix.
Por suerte, conocimos a un grupo de catalanes (Boi, Guillem y Ferran) en nuestro guest house. Boi es guía de alta montaña y su conocimiento marcó la diferencia. Desde ese momento, hicimos muchas salidas con ellos y fue un salto de nivel.
Al final del texto encontrarás una lista detallada de las rutas que hicimos.
5. Alojamiento y gastronomía
Los georgianos son probablemente los mejores anfitriones del mundo. Te hacen sentir en casa, aunque estés a miles de kilómetros.
En Mestia nos alojamos en Guledani, un guest house cómodo a las afueras del pueblo. La planta baja era para la familia; arriba estaban las habitaciones, comedor y baños. Georgy, el hijo, nos ayudó muchísimo, y Nana, la madre, cocina como los ángeles. Pagábamos unos 27 € al día por dormir, desayunar y cenar. La comida, casera, abundante y variada, era mejor que en muchos restaurantes.
En Ushguli, nos alojamos en Guest House Nora, más humilde pero igualmente encantador. No ofrecían cena, así que íbamos al Svaneti Bar, donde comimos algunas de las mejores comidas del viaje, hechas en hornos de leña.
Nos enganchamos al khachapuri a cualquier hora, khinkali para cenar, y skhmeruli siempre que lo veíamos en el menú (¡nuestro favorito!). Se puede cenar bien con cerveza por unos 12 €. En general, comimos mejor en bares locales que en sitios turísticos. Solo por la gastronomía, Georgia ya merece la pena.
Y no olvides probar el chacha, el vodka casero embotellado en botellas de Coca-Cola. Si es así, es casero de verdad.
🏔️ Nuestra elección de rutas por días
Un repaso de las rutas que hicimos durante nuestro viaje, tal y como lo vivimos:
📍 Tetnuldi ski resort (3225 m) → Zhabeshi (1650 m)
Con acceso a través de una travesía corta desde la estación y con ayuda de un transfer, hicimos una primera bajada de aproximadamente 1500 m de desnivel con una parte alta muy buena y después un bosque con algunas líneas abiertas, aunque mayoritariamente muy cerrado.
La segunda ronda elegimos algo mejor la ruta de bajada y pudimos disfrutar de algunos tramos más abiertos en el bosque.
Conociendo el lugar, es un paraíso para días de nevadas fuertes, en el que hay alguna zona de pillows que nosotros no pudimos encontrar.
📍 Mestia (ski cat) (1450 m) → Koruldi lakes (2395 m) → Koruldi Pass (3260 m)
Salimos del mismo Mestia con un Ski Cat que contratamos y que nos ayudó a hacer los primeros 1000 m de desnivel en 1 hora, con intención de llegar al Koruldi Pass y bajar hacia el Chaladi Glacier.
Sin embargo, a pesar de que durante la subida solo había unas pocas nubes, a falta de 100 o 200 m al paso al glaciar, la meteorología no nos dejó continuar y bajamos por donde habíamos subido.
Una bajada muy divertida de casi 2000 m de desnivel, con tramos de mucha nieve, cornisas, ventisqueros y lomas, y por último un bosque abierto que nos hizo disfrutar de una bajada larguísima y con unas vistas espectaculares.
📍 Mazeri (1600 m) → Guli Pass sup(3200m) → Mestia
¡Paaaaaaaaaaaaaaalizón!
El día anterior visualizamos desde Koruldi unas líneas con muy buena pinta, de las que Boi y compañía nos habían hablado, analizamos la ruta y allá que fuimos.
La salida conlleva un transfer o más de un coche para dejar en Mazeri.
Salimos de Mazeri hacia Guli por el valle, un tramo largo pero tendido y agradable. En Guli empezamos una subida muy larga hasta el Guli Pass de unos 1400 m de desnivel. La última pala tenía bastante exposición y algunos aludes viejos de placas de viento aún visibles. Decidimos alargar la subida para hacerla más segura, unos 200 m de desnivel añadidos que se hicieron eternos.
De bajada, cresteamos hasta el Guli Pass y desde ahí bajamos por una zona de palas abiertas orientaciones oeste y norte con formas sugerentes y poca exposición hasta el fondo del valle. Desde ahí continuamos por un camino de verano bastante cómodo para esquiar hasta Mestia.
En total, unos 18 km y 1600 m de desnivel. Hard, pero estamos épicos.
📍 Barshi (1600 m) → Detsili (2564 m) → Bosque
Comenzamos desde Barshi, una aldea a 40 minutos de Mestia en dirección a Kutaisi. En el trayecto parecía que el sol y el calor habían dejado a la zona con poca nieve, pero cuando llegamos a las orientaciones norte que queríamos esquiar vimos que el polvo aún estaba ahí para nosotros, y la zona no tenía más que algunas huellas viejas tapadas por la última nevada (hacía ya 7-8 días).
Una subida muy agradable y no muy larga, y un bosque que se nos hizo algo corto pero con algo más de pendiente, zonas abiertas y formas divertidas.
📍 Ushguli (2050 m) → Gvibari (2943 m)
Una alternativa de los clásicos de Ushguli, muy buen plan para el contacto con el lugar.
Salida desde el principio del pueblo, una subida con bastante pendiente, que se hace relativamente rápido. Cuando llegamos al punto más alto, buscamos las orientaciones norte que guardaban una nieve muy buena y sin tocar.
Una primera parte con algo de exposición en la que provocamos algunas purgas grandecitas; el resto de bajada también muy buena y con buena nieve hasta el valle. Remontamos hasta los coches con una pequeña travesía de unos 2 km por el fondo del valle.
📍 Ushguli (2100 m) → Pico (sin nombre) (3242 m) → Khalde → Lalkhori
Sin duda la actividad más larga de mi vida (H). Una aventura dentro de la aventura.
Comenzamos desde el Guest House de Ushguli, después de desayunar bastante peor que en Mestia.
Un tramo de aproximadamente 4 km por el valle hasta comenzar la subida hacia el pico. Bastante larga y con muchísimo calor, orientación sur.
Llegamos arriba, donde nos esperaban vistas espectaculares de los picos más altos de Svaneti (Gistola, Janga, Tetnuldi, Shjara 5193 m) y sus majestuosos glaciares.
Comenzamos una bajada, también de orientación norte, con nieve muy buena aunque un poquito más compactada que el día anterior. Palas larguísimas y sin tocar hasta el fondo del valle, donde visualizamos un río y unas casetas de verano para pastores.
Ahí comienza una pateada brutal de unos 12 km por un valle casi llano con algunos tramos de subida y pasando por Khalde, un pueblo espectacular con el glaciar de fondo, que no pudimos disfrutar demasiado por el agotamiento y deshidratación general que acumulábamos.
4 km después llegaríamos al coche ya anocheciendo.
📍 Adishi – Fail por pinchazo
El último día de esquí teníamos pensada una ruta que partía de Adishi, con una pinta increíble y buena orientación.
La carretera infernal que llevaba al pueblo tenía otros planes y tuvimos que dar la vuelta por un pinchazo y barro constante que no nos dejaba lugar a arreglarlo.
La guardamos para la siguiente.
🎿 Estaciones de esquí
Otros tres días esquiamos en las estaciones de Tetnuldi y Hatsvali, que también merecen ser visitadas.
Mucho más que un viaje de esquí: una aventura épica en SVANETI